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Antes de decidir someterse a una cirugía o a cualquier otro procedimiento, es importante que comprenda los riesgos que conlleva. Cualquier tipo de procedimiento médico conlleva riesgos. Los distintos procedimientos conllevan diferentes tipos de riesgos y efectos secundarios. Asegúrese de hablar con los miembros del equipo de profesionales que atiende su salud sobre los detalles de su caso. Ellos pueden darle una mejor idea sobre cuáles son sus riesgos. Es importante que los beneficios esperados de la cirugía superen a los posibles riesgos.
Su equipo de cirujanos tomará muchas medidas para reducir su riesgo de efectos secundarios y de complicaciones. Entre éstas se incluyen el afeitado y lavado del área antes de realizar cortes en la piel para evitar la infección, el uso de medias de compresión neumática (medias inflables) para mejorar la circulación y bajas dosis de anticoagulantes para evitar los coágulos sanguíneos, así como ejercicios respiratorios (fisioterapia respiratoria) para prevenir la neumonía. Pregunte a su médico sobre las posibles complicaciones de su cirugía, sobre lo que se puede hacer y lo que se hará para ayudar a prevenirlas.
La cirugía en sí, los medicamentos que se usen y su estado general de salud pueden causar posibles complicaciones durante la cirugía. En términos generales, mientras más complicada sea la cirugía, mayor será el riesgo de efectos secundarios.
Por otro lado, las cirugías menores y la obtención de muestras de tejido (biopsias) generalmente representan menos riesgos que una cirugía mayor. El dolor en la zona donde se realizó la cirugía es el problema más común. También hay posibilidad de infecciones en esa zona, así como de reacciones a los medicamentos usados para adormecer dicha región del cuerpo (anestesia local).
Son posibles algunos efectos secundarios durante y después de la cirugía. Generalmente, es de esperar que estos efectos secundarios no representen una amenaza para la vida. Algunos de estos efectos secundarios son:
El sangrado es parte de cualquier cirugía y es generalmente controlado. Puede ocurrir ya sea dentro o fuera del cuerpo (sangrado interno o externo). El sangrado puede surgir cuando un vaso sanguíneo no haya sido sellado durante la cirugía o si una herida se abre.
Los médicos tratan de limitar el riesgo de sangrado siendo muy cuidadosos cuando maniobran cerca de vasos sanguíneos. También los médicos identifican otros factores que pueden propiciar el sangrado. Ellos pueden, por ejemplo, revisar los resultados de las pruebas de laboratorio para asegurarse de que la sangre de una persona puede coagularse normalmente. El sangrado grave puede requerir otra operación para encontrar la fuente del sangrado y detenerlo. Este tipo de sangrado también puede requerir una transfusión de sangre para reemplazar la sangre que se ha perdido.
Se pueden formar coágulos de sangre en las venas profundas de las piernas después de la cirugía, especialmente si una persona permanece en cama por mucho tiempo. Estos coágulos pueden convertirse en un problema grave si se desprenden y se desplazan a otra parte del cuerpo, como a un pulmón. Esta es una de las razones principales por las que se le animará a que se levante de la cama, se siente, se pare y camine lo más pronto posible.
Los órganos internos y los vasos sanguíneos se pueden afectar durante la cirugía. Reiteramos que los médicos son cuidadosos para que haya el menor daño posible.
Algunas personas presentan reacciones a los medicamentos usados (anestesia) o a otras medicinas que se necesitan durante la cirugía. Aunque es poco común, estas reacciones pueden ser graves porque pueden causar un descenso peligroso de la presión arterial. Su frecuencia cardiaca, frecuencia respiratoria, presión sanguínea y otros signos serán monitoreados minuciosamente durante la cirugía para prevenir, detectar, o corregir esto.
La cirugía puede ocasionar problemas con otros órganos, como los pulmones, el corazón o los riñones. Estos problemas son muy poco comunes, pero pueden poner en peligro la vida. Con más frecuencia ocurren en personas que ya presentan otros problemas en estos órganos. Es por esto que los médicos reunirán la información necesaria para conocer los antecedentes médicos y realizarán pruebas para determinar los posibles riesgos antes de que se realice la operación.
Casi todas las personas sienten dolor después de la cirugía. El dolor es normal, pero no se debe permitir que desacelere su recuperación. Hay muchas maneras de combatir y ayudar a controlar el dolor producto de una cirugía. Los medicamentos para el dolor pueden variar desde acetaminofeno (Tylenol) hasta medicamentos antinflamatorios o medicamentos más fuertes, como la morfina.
Consulte Dolor relacionado con el cáncer para obtener más información sobre los medicamentos.
Como las infecciones son algo grave, se le podría pedir que se lave con un jabón especial por unos días antes de la cirugía para prevenir infecciones. El jabón es especialmente eficaz para destruir bacterias, y puede ayudar a preparar su piel para la cirugía. Esta es una manera en que usted puede ayudar a prevenir una infección. Aunque haga todas estas preparaciones antes de la cirugía, y el equipo quirúrgico tenga mucho cuidado para prevenir infecciones, una infección en el sitio de la incisión (corte) es un problema posible. Los antibióticos, ya sea en forma de píldora o administrados a través de una vena de su brazo (IV), pueden tratar la mayoría de las infecciones.
Puede ocurrir una infección pulmonar (pulmonía), especialmente en pacientes con deterioro de la función pulmonar, como personas con enfermedades pulmonares crónicas o personas que fuman. Los ejercicios de respiración profunda tan pronto como sea posible después de la cirugía ayudan a reducir este riesgo.
Podrían surgir otras infecciones en el organismo, especialmente si se abrió el estómago o los intestinos durante la operación, o si el catéter para drenar la orina se usa y se deja en el sitio por un tiempo. Los médicos y las enfermeras deben vigilar los signos de infección y supervisar cualquier cambio de su temperatura, piel o heridas para tratar de evitar las infecciones. Pero si suceden, se necesitarán antibióticos.
Algunas funciones corporales como la actividad intestinal se recuperarán lentamente, y algunas veces también se pueden volver graves. Además, su nivel de energía puede bajar. Levantarse de la cama y caminar tan pronto como sea posible después de la cirugía pueden ayudar a reducir este riesgo.
Pregunte si pueden surgir efectos secundarios a largo plazo de la cirugía. Los efectos secundarios a largo plazo dependen del tipo de cirugía realizada. Usted puede preguntar acerca de los efectos en su capacidad para tener hijos (fertilidad) en caso de que la cirugía se realice en o cerca de los órganos genitales. Las personas que se someten a una cirugía de cáncer colorrectal podrían necesitar una abertura en el abdomen a la que se uniría el extremo del colon (colostomía). Los hombres que se someten a una cirugía para extirpar la próstata (prostatectomía radical) están en riesgo de perder el control de su orina (incontinencia) o de no poder lograr o mantener una erección (impotencia). Antes de la cirugía, su médico debe hablar con usted sobre los posibles efectos de la operación a largo plazo.
Tal vez haya escuchado que la cirugía de un cáncer puede causar su diseminación. Es muy raro que esto suceda. Los avances en el equipo que se usa durante la cirugía y en los estudios por imágenes más detallados han ayudado a que este riesgo sea muy bajo. Aun así, hay algunas situaciones importantes cuando esto puede suceder. Los médicos que tienen mucha experiencia en el tratamiento del cáncer con cirugía tienen mucho cuidado para evitar estas situaciones.
En el pasado se requerían agujas de mayor tamaño para tomar una muestra de tumor (biopsia) a fin de observarla con un microscopio en el laboratorio. En ese entonces, eran mayores las probabilidades de diseminar o “sembrar” el cáncer de la biopsia. Ahora, es más probable que se use una aguja pequeña para extirpar un trozo de tejido (lo que se llama biopsia con aguja). Con esta aguja de menor tamaño, las probabilidades de que una biopsia disemine o “siembre” el cáncer son muy pequeñas. Aun así, en el caso de algunos tumores del hígado (hepáticos), de riñón (renales), y de otros tumores existe un riesgo muy pequeño de que esto suceda durante un procedimiento de biopsia.
Se pueden tomar muestras sin riesgos de la mayoría de los tipos de cáncer mediante lo que se llama una biopsia por incisión, en la que el cirujano corta a través de la piel para extirpar una sección pequeña del tumor. Pero hay unas pocas excepciones, como ciertos tumores en los ojos o en los testículos. Los médicos podrían tratar primero estos tipos de cáncer, sin tomar una biopsia, o podrían recomendar extirpar (resecar) todo el tumor si es probable que sea cáncer. Algunas veces es posible hacer una biopsia con aguja sin riesgos, y luego, si se determina que el tumor es canceroso, extirparlo todo.
Las biopsias con aguja no se pueden hacer en el caso de algunos tumores. En estos casos, se podría requerir la extirpación parcial o total del tumor. Hay unas pocas clases de tumores que conllevan un riesgo bajo de diseminar el cáncer con el procedimiento de resección. Estos tumores incluyen los tumores paratiroideos y de la vesícula biliar y algunos sarcomas. Sin embargo, esto sucede en raras ocasiones, gracias a los avances en el equipo y los estudios por imágenes.
Un mito común acerca del cáncer es que la enfermedad se propagará si se expone al aire durante la cirugía. Algunas personas pueden creer en este mito porque con frecuencia se sienten peor después de la operación. No obstante, es normal que una persona se sienta así mientras se recupera de cualquier cirugía. Otra razón para creer en este mito se debe a que el médico durante la cirugía puede encontrar más cáncer de lo que se esperaba según los estudios por imágenes que se hicieron antes de la operación. Esto es posible que ocurra, pero no es debido a la cirugía (el cáncer ya estaba ahí), simplemente no apareció en los estudios que se realizaron antes de la operación. El cáncer no se propaga por haber estado expuesto al aire. Si usted demora o se rehúsa a la cirugía debido a este mito, tal vez se esté perjudicando al no recibir el tratamiento eficaz.
Equipo de redactores y equipo de editores médicos de la American Cancer Society
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Actualización más reciente: octubre 2, 2019
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