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Para preguntas médicas, le animamos a revisar su información con su médico.
Cada tipo de tratamiento contra el linfoma de Hodgkin tiene efectos secundarios que podrían durar meses o más tiempo. Puede que otros efectos se presenten mucho tiempo después de finalizar el tratamiento. Algunos efectos secundarios, como la infertilidad (no poder tener hijos), daño al corazón, y niveles bajos de la hormona tiroidea, pueden ser permanentes.
Debido a que muchas personas están viviendo por mucho tiempo después de sus tratamientos, resulta muy importante estar atentos a estos efectos secundarios tardíos y a largo plazo. Asegúrese de hablar con su equipo de tratamiento acerca de cuáles podrían ser estos posibles efectos de modo que pueda estar atento a ellos y notificarlos al médico.
Un efecto secundario poco común, pero muy grave del tratamiento del linfoma de Hodgkin es el origen de otro tipo de cáncer en el futuro. Las personas que han tenido linfoma de Hodgkin tienen un mayor riesgo de padecer muchos tipos de cáncer. Consulte Cánceres posteriores al linfoma de Hodgkin para más información al respecto.
Un posible efecto secundario a largo plazo de la quimioterapia y de la radioterapia, especialmente en pacientes más jóvenes, es la disminución o la pérdida de la fertilidad. Por ejemplo, algunos medicamentos de quimioterapia pueden afectar la capacidad de un hombre de producir esperma, lo que podría ser temporal o permanente. Si el paciente tiene edad suficiente y va a recibir medicamentos de quimioterapia que pueden afectar la fertilidad, se debe considerar la posibilidad de utilizar los servicios de los bancos de esperma antes de comenzar la quimioterapia.
Asimismo, las mujeres pueden dejar de tener periodos menstruales con la quimioterapia. Esto puede o no volver a la normalidad; algunas mujeres entran en la menopausia temprana después del tratamiento. El tratamiento de radiación dirigido a la parte inferior del abdomen (vientre) puede causar infertilidad a menos que de antemano los ovarios se muevan quirúrgicamente fuera del campo de radiación. Mover los ovarios no afecta las tasas de curación, ya que el linfoma de Hodgkin casi nunca se propaga a los ovarios.
Para más información, consulte La fertilidad y las mujeres con cáncer y La fertilidad y los hombres con cáncer.
Por razones desconocidas, los sistemas inmunitarios de las personas con linfoma de Hodgkin a menudo no funcionan de la manera de deberían. Los tratamientos tales como la quimioterapia, la radiación, o la extirpación quirúrgica del bazo (esplenectomía) pueden sumarse a este problema. (En el pasado, la esplenectomía se hacía comúnmente, pero ahora rara vez se necesita). Los pacientes a quienes se les extirpa el bazo deben ser vacunados contra ciertas bacterias.
Todas las personas que han padecido linfoma de Hodgkin deben vacunarse contra la influenza (gripe). Las vacunas y el tratamiento inmediato de infecciones son muy importantes.
La radiación administrada al tórax o al cuello para tratar el linfoma de Hodgkin puede afectar la glándula tiroides, lo que puede ocasionar que ésta produzca menos hormona tiroidea. Puede que las personas con esta afección, conocida como hipotiroidismo, necesiten diariamente medicinas para esta glándula por el resto de sus vidas. A las personas que recibieron radiación al cuello o la parte superior del tórax, se les debe medir la función de la tiroides con pruebas de sangre al menos cada año.
Las personas que han recibido radiación al tórax tienen un mayor riesgo de padecer enfermedades cardiacas y ataques al corazón. Aunque gracias a las técnicas más moderna de radiación, esto se ha tornado en un problema menor. Algunos medicamentos de quimioterapia, tal como doxorrubicina (Adriamycin®), también pueden ocasionar daños al corazón. Y a veces el daño no es notado sino hasta más de 10 años después del tratamiento. Es posible que su médico quiera verificar su función cardiaca durante muchos años después de su tratamiento.
Asimismo, la radiación al cuello aumenta la probabilidad de accidente cerebrovascular (derrame cerebral) debido a que puede causar daño a los vasos sanguíneos en el cuello que suplen sangre al cerebro. Se puede usar la ecografía para comprobar la salud de los vasos sanguíneos en el cuello.
Además, el fumar, el colesterol alto y la presión arterial alta (hipertensión) aumentan el riesgo de enfermedad cardíaca y accidente cerebrovascular. Es importante hacer lo posible para ayudar a reducir su riesgo, como no fumar, mantener un peso saludable, estar activo y adoptar una alimentación saludable. Además, es importante acudir al médico regularmente para hacerse las revisiones de salud y para recibir tratamiento si tiene la presión arterial elevada.
El medicamento de quimioterapia, bleomicina, puede causar daño a los pulmones, como la radioterapia al tórax. Esto puede causar problemas, como dificultad para respirar, lo que puede que no se presente sino hasta años después del tratamiento. Además, el fumar puede causar daños graves a los pulmones, de modo que es importante que las personas que reciban estos tratamientos no fumen.
Así como el tratamiento del linfoma de Hodgkin infantil requiere un abordaje muy especializado en niños, también el seguimiento y la supervisión del regreso del linfoma y de los efectos tardíos del tratamiento requieren un abordaje especializado. El cuidado de seguimiento después del tratamiento es muy importante y debe hacerse por el resto de la vida del niño. Mientras más temprano se descubran los problemas, más probabilidades existen de que se puedan tratar eficazmente.
Además de los efectos secundarios físicos (incluyendo a los presentados anteriormente), los sobrevivientes de linfoma infantil pueden presentar problemas emocionales o sicológicos. También pueden confrontar algunos problemas con su desempeño normal y en la escuela. Frecuentemente esto se puede atender con apoyo y estímulo. Los médicos y otros miembros del equipo de atención a la salud a menudo pueden recomendar algunos programas especiales de apoyo y servicios para ayudar a los niños después del tratamiento.
Para ayudar a aumentar el conocimiento de los efectos tardíos y mejorar la atención de seguimiento de los sobrevivientes del cáncer infantil durante sus vidas, el Children's Oncology Group ha desarrollado guías de seguimiento a largo plazo para estos sobrevivientes. Estas guías pueden ayudarle a saber a qué asuntos debe prestar atención, qué tipo de exámenes de salud deben hacerse, y cómo se pueden tratar los efectos tardíos.
Resulta muy importante discutir las posibles complicaciones a largo plazo con los profesionales de la salud que atienden al niño, y asegurarse que existe un plan en acción para estar pendientes a estos problemas y tratarlos, de ser necesario. Para aprender más, pregunte al médico de su hijo sobre las guías para el sobreviviente del Children's Oncology Group (COG). Además, puede descargar esta información gratuitamente del sitio Web de COG: Las guías fueron redactadas por profesionales de la salud. Las versiones para pacientes de algunas de las guías también están disponibles (como “Health Links”) en el sitio Web. Le exhortamos a que revise estas guías con su médico.
Para más información sobre algunos de los posibles efectos del tratamiento a largo plazo, consulte Efectos tardíos del tratamiento contra el cáncer infantil.
Equipo de redactores y equipo de editores médicos de la American Cancer Society
Nuestro equipo está compuesto de médicos y enfermeras con postgrados y amplios conocimientos sobre el cáncer, al igual que de periodistas, editores y traductores con amplia experiencia en contenidos médicos.
Bartlett NL, Foyil KV. Chapter 105: Hodgkin lymphoma. In: Niederhuber JE, Armitage JO, Dorshow JH, Kastan MB, Tepper JE, eds. Abeloff’s Clinical Oncology. 5th ed. Philadelphia, Pa. Elsevier: 2014.
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Hellman, and Rosenberg’s Cancer: Principles and Practice of Oncology. 10th ed. Philadelphia, Pa: Lippincott Williams & Wilkins; 2015.
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Younes A, Carbone A, Johnson P, Dabaja B, Ansell S, Kuruvilla J. Chapter 102: Hodgkin’s lymphoma. In: DeVita VT, Lawrence TS, Rosenberg SA, eds. DeVita, Hellman, and Rosenberg’s Cancer: Principles and Practice of Oncology. 10th ed. Philadelphia, Pa: Lippincott Williams & Wilkins; 2015.
Actualización más reciente: mayo 1, 2018
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